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Javier Lopez del Pueyo, un ingeniero orgulloso por la innovación
Seguimos dando visibilidad a los mejores profesionales que participan en nuestros desafíos.
Y seguimos con los mejores diseños de ruedas para patinetes para ser impresos en 3D. Pues bien, este desafío se centraba en desarrollar un nuevo producto que mejorase lo que hoy en día ofrece el mercado. Las ruedas de estos son de caucho o de poliuretano, pero el caucho es un elemento difícil de reciclar. Las ruedas pueden ser con cámara de aire o sólidas. Las de cámara se pinchan con cierta frecuencia y son difíciles de cambiar y las sólidas ofrecen menos confort. No hay un diseño óptimo y el mercado de los patinetes eléctricos ha crecido mucho.
Además del reto de ingeniería, este desafío busca contribuir a la idea de emprendimiento de un grupo de estudiantes del IES San José de Badajoz. Ahí trabaja Ayuda en Acción con un programa de acompañamiento profesional y aporte de herramientas. Se pretende por tanto ayudar a mejorar la capacitación técnica de los estudiantes y ofrecerles una oportunidad de trabajo a través del emprendimiento.
Si bien el desafío está aún en proceso de evaluación (se están imprimiendo y probando varios prototipos), hemos tenido la oportunidad de conversar con uno de los 3 finalistas.
¿Quién es Javier Lopez del Pueyo?
Javier es un ingeniero de 31 años, natural de Logroño aunque vive en Donostia-San Sebastián desde hace algo más de 7 años. Estudió Ingeniería Industrial en la UPV (Universidad del País Vasco) en Bilbao especializándose en Diseño de Producto. Más recientemente ha comenzado con Diseño Industrial a través de un máster especializado de SHIFTA (Escuela Online de Elisava).
Su experiencia laboral ha estado siempre muy ligada a la ingeniería técnica. Comenzó con unas primeras prácticas en Sener para después irse a Francia a la Escuela National d' Arts et Métiers (ENSAM) de Lille donde tuvo un primer contacto con la robótica.
De vuelta a España trabaja en el centro tecnológico del CEIT como ingeniero de investigación hasta el 2019 que se incorpora a Cyber Surgery, una startup de cirugía quirúrgica donde actualmente es ingeniero de investigación.
Qué le motiva para participar en retos
Conoció a Ennomotive buscando en internet retos de ingeniería en los que pudiera participar. Considera que retos como los de Ennomotive o de Ayuda en Acción son un gran aliciente para elaborar ideas innovadoras que se puedan llevar más allá del plano teórico. El desafío de ruedas para patinetes es el primer concurso de este tipo en el que participa y está satisfecho por su participación.
“La experiencia ha sido positiva, así que permaneceré atento a futuros retos que nos planteéis”
¿Cómo llegó a plantear la solución que hoy es una de las finalistas?
Las propias restricciones del reto, el hecho de tener que utilizar la impresión 3D para fabricar los componentes de las ruedas, sirvieron de catalizador para la idea de la llanta.
“En vez del típico diseño radial, escogí una llanta de matriz hexagonal porque esta es una estructura naturalmente muy resistente y porque, a pesar de la complejidad de su forma, es muy apropiada para ser impresa en 3D”
Javier nos cuenta que ahí está la magia de la impresión 3D, ya que permite pensar en términos de diseño diametralmente opuestos a otros métodos de fabricación tradicionales como el torneado o el mecanizado.
Considera que en la impresión 3D el ahorro de material no solo reduce los costes, sino los tiempos de impresión, así que este fue el factor fundamental que hizo inclinarme por un diseño de ese tipo.
“En cuanto al neumático, valoré y modelé 3 diseños distintos. Me decanté por el más ligero y relativamente más resistente.”
Sin conocer las otras soluciones presentadas al desafío, cree que su diseño podría ser ganador por tres motivos:
- Primero porque está diseñado pensando en su método de fabricación, minimizando los tiempos de impresión al reducir la cantidad de material, tanto de la pieza como del material soporte.
- Segundo por la sencillez de montaje, ya que sólo hacen falta 6 tornillos y 6 tuercas, que quedan perfectamente encajados y ocultos dentro de la matriz hexagonal de la llanta.
- Tercero porque considera que la estética de la llanta rompe con los cánones de diseño habituales y logra llamar la atención.
Javier es un ingeniero fascinado por la innovación y le parece “alucinante” haber participado en algunos proyectos de los cuales está muy orgulloso.
El primero fue en Sener, en el proyecto del satélite de la misión JUICE, que despegó 2023 en un Ariane 5 rumbo a las lunas heladas de Júpiter (Ganímedes, Calisto y Europa). Estuvo dos meses con prácticas de verano y pudo desarrollar el modelo matemático de una parte de un satélite.
“El formar parte, aunque fuera con una aportación minúscula, de la historia de la exploración espacial es algo que nunca hubiera imaginado y que todavía me saca una sonrisa”
El segundo proyecto ha sido dentro de Cyber Surgery que ha hecho historia al desarrollar el el primer robot quirúrgico de España y que ha superado la fase de ensayos clínicos.
“Tuve la suerte de formar parte de la empresa desde una etapa muy temprana (apenas éramos diez trabajadores). Nuestro objetivo era muy ambicioso: desarrollar y poner en el mercado un robot quirúrgico que compite cara a cara con gigantes de la industria como Medtronic o Globus Medical.”
Javier tiene como siguiente objetivo profesional abrirse paso en el mundo del Diseño Industrial, ya que es a lo que quiere dedicarse en el futuro. Y con ese objetivo vuelve a valorar positivamente su experiencia en el desafío de ruedas innovadoras:
“Sé que va a ser complicado porque todavía tengo mucho que aprender y muchas habilidades que perfeccionar, pero creo que iniciativas como las de este concurso son una forma muy buena de ir dando pequeños pasos, medirse con uno mismo y avanzar en una dirección que estoy seguro quiero recorrer.”